Les yeux sont aveugles, il faut chercher avec le coeur

Llévame contigo. Dame la mano y llévame lejos, a donde no llegan los demás. Llévame hasta donde ni las palabras llegan. Me veo reflejada en tu mirada y siento que me puedo perder en tus ojos. Estoy tranquila porque sé que me estarán vigilando, hasta donde sea que lleguemos. Estarán atentos. Y eso me tranquiliza, pero a la vez me asusta.

No quiero quererte. Veo mil razones para no quererte, pero como decía el Principito

Les yeux sont aveugles, il faut chercher avec le coeur.

Y mi corazón busca sin que yo le haya dado permiso. Por mucho que le diga que no, él sigue buscando. Y es por eso que duele.

El corazón es como un niño pequeño que llora cuando no tiene lo que quiere. Muchas veces no sabe, no entiende que hay cosas que es mejor que no tenga y por eso sigue llorando. Es difícil razonar. Pero hay veces que tiene razón, que llora de forma legítima. Llora porque quiere un abrazo de sus padres, llora porque necesita amor, o mejor dicho, llora porque exige amor. Porque sin amor no puede vivir, porque el amor es el motor del mundo. El niño lo sabe, y también el corazón.

Hacía tiempo que mi corazón no lloraba, y duele. Duele mucho.

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